El regreso de Mike Tyson al boxeo profesional, tras casi dos décadas de ausencia, dejó un amargo sabor de boca. Frente a un abarrotado AT&T Stadium, el legendario excampeón fue derrotado por decisión unánime ante Jake Paul, en un combate que prometía espectáculo, pero terminó siendo una decepción para los cerca de 70 mil aficionados presentes.
Los jueces no dudaron en dar la victoria a Paul con tarjetas de 80 - 72 y 79 - 73 en dos ocasiones. Aunque el “youtuber” se llevó el triunfo, su desempeño dejó dudas, ya que no necesitó mucho esfuerzo para superar a un Tyson que solo fue competitivo durante los dos primeros asaltos. "Iron Mike" mostró chispazos de la movilidad y fuerza que lo hicieron temible en su apogeo, pero la falta de condición física se hizo evidente rápidamente.
A partir del tercer round, Tyson se quedó sin fondo físico. Apenas podía caminar sobre el ring, mucho menos lanzar golpes con intención real. Paul, por su parte, optó por un planteamiento conservador, aprovechando la pasividad de su oponente para marcar puntos con jabs y movimientos simples. El público, desencantado, no tardó en manifestar su frustración con abucheos que resonaron durante gran parte del combate.
El resultado reflejó no solo la superioridad del joven estadounidense, sino también la incapacidad de Tyson para competir al más alto nivel. Su regreso parecía motivado más por el atractivo de los 20 millones de dólares que recibió por la pelea que por un verdadero deseo de retomar su legado en el ring.
En las entrevistas posteriores, Paul se mostró mesurado, aunque no perdió la oportunidad de mencionar a Canelo Álvarez. “Canelo me necesita. Él sabe dónde está el hombre del dinero”, afirmó, dejando abierta la posibilidad de un enfrentamiento con el campeón mexicano. Sin embargo, evitó retarlo directamente, consciente de la diferencia de niveles entre ambos.
La noche en Arlington no solo fue decepcionante en su evento estelar, sino que estuvo marcada por la irregularidad de sus combates previos. Desde el espectáculo de Whindersson Nunes contra Neeraj Goyat, hasta la reñida pelea entre Amanda Serrano y Katie Taylor, la velada ofreció destellos, pero no logró consolidarse como un evento memorable.
El combate entre Tyson y Paul quedará en la historia por lo mediático, no por la calidad. Fue un recordatorio de que incluso las leyendas tienen límites y que el boxeo, aunque adaptado a los tiempos modernos sigue exigiendo un nivel físico y técnico que no perdona.
Con su registro ahora en 11 victorias y una derrota, Paul continúa escalando en el boxeo profesional, mientras que Tyson, con su récord final de 50 - 7, probablemente cierre definitivamente un capítulo que no debió reabrirse.